BLOG DE LA SEIC

25 años de la SEIC (2000–2025)

El 28 de octubre del año 2000, en la ciudad de Pamplona, un grupo de 34 personas interesadas en el avance científico de la Criminología en España se reunió para constituir oficialmente la Sociedad Española de Investigación Criminológica (SEIC).

Durante aquel encuentro se aprobaron los Estatutos y se celebró la primera Asamblea General, en la que se eligió la primera Junta Directiva, presidida por Cristina Rechea Alberola y un equipo comprometido de vocales que sentó las bases del desarrollo académico y profesional de la Criminología en nuestro país.

En este año 2025, la SEIC celebra su 25º aniversario con el orgullo de haber contribuido decisivamente al crecimiento de la investigación criminológica en España y a la consolidación de una comunidad científica sólida, diversa y comprometida con el estudio del delito, la víctima y la seguridad desde una perspectiva empírica y multidisciplinar.

A lo largo de este cuarto de siglo, la SEIC ha impulsado congresos nacionales, simposios y otros espacios de encuentro académico que han permitido fortalecer la investigación, el intercambio de conocimiento y la colaboración entre profesionales e instituciones dedicadas a la Criminología en nuestro país.

Hoy, la Sociedad sigue fiel a su espíritu fundacional: promover la investigación criminológica y favorecer su impacto en las políticas públicas y en la sociedad.

En este aniversario, tenemos muy presente y recordamos con gratitud a Cristina Rechea Alberola, primera presidenta de la SEIC, cuya visión y compromiso fueron esenciales para el nacimiento y consolidación de esta Sociedad.

Con especial cariño, reconocemos y agradecemos a todas las personas que inicialmente hicieron posible la SEIC, cuyo esfuerzo y entusiasmo sentaron los cimientos de lo que hoy seguimos construyendo juntas y juntos: una Criminología científica, rigurosa y comprometida con la realidad social.

Número especial de la REIC sobre TIC y Criminalidad (nuevo artículo)

El pasado 5 de febrero 2025, se ha publicado un nuevo artículo que se incorpora al número especial de la REIC sobre TIC y Criminalidad.

Cyberstalking en parejas juveniles de Ana Isabel Cerezo Domínguez (Universidad de Málaga) y Remedios García Cornejo (Universidad de Málaga).

En este número especial, podrán encontrar otros dos artículos:

Artículos disponibles en este link.

Número especial de la REIC sobre TIC y Criminalidad (diciembre 2024)

El pasado 9 de diciembre, se ha publicado un número especial de la Revista Española de Investigación Criminológica. En este número, podrán encontrar dos artículos:

Digital life and crime trends in the global south: on the impact of increased Internet use on opportunities for crime de Braulio Figueiredo Alves Silva y Fernando Miro-Llinares.

Los criptomercados ilícitos de tráfico de drogas en la Dark Web: un estudio exploratorio empírico. de Carmen Jordá, Claudia Píriz y Andrea Giménez-Salinas.

Ambos artículos disponibles en este link.

HOMENAJE PÓSTUMO AL PROFESOR DAVID FARRINGTON

Santiago Redondo y Vicente Garrido

Un hombre con una misión

El pasado 5 de noviembre falleció el profesor David Farrington, quien fuera catedrático del Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge y uno de los investigadores más sobresalientes de las últimas décadas en nuestra disciplina, ampliamente conocido de profesores y estudiantes. En 2013 recibió el Premio Estocolmo en Criminología y el Premio Freda Adler Distinguished Scholar de la División de Criminología Internacional de la Sociedad Norteamericana de Criminología. También fue, entre otros muchos honores científicos, Presidente de esta misma Sociedad Norteamericana de Criminología (ASC). Su ámbito principal de investigación fue la criminología del desarrollo, siendo director tanto del Estudio Cambridge sobre el Desarrollo Delictivo como del Estudio sobre Jóvenes de Pittsburgh (EE. UU.). Publicó más de 800 artículos de revista y capítulos de libros, y más de un centenar de libros y monografías. Además de sus méritos y aportaciones científicas, el profesor Farrington era una persona muy cercana, entusiasta y generosa, que formó y ayudó a muchísimos investigadores de todo el mundo en sus respectivos proyectos, tesis doctorales y publicaciones.

Esa cercanía y generosidad eran el producto de un rasgo que le honraba, su antidivismo, su convencimiento, nacido de su natural propensión a interesarse por la investigación criminológica, de que lo que hacía no era sino seguir el impulso natural que debe ser santo y seña del científico honesto: hacer lo posible para comprender cómo funciona la parcela del mundo elegida como su vocación, y dedicarse a ello con la esperanza de realizar una contribución significativa. Esa naturalidad la pudimos comprobar el pionero de la Psicología Jurídica en España, Juan Romero —ya fallecido— y quienes escriben estas líneas cuando fuimos a visitarle a Cambridge con motivo de organizar las Primeras Jornadas Hispano-Británicas de Psicología Jurídica, en el año ya lejano de 1991. Aquello fue una iniciativa nacida del mero entusiasmo de unos profesores muy jóvenes, pero contamos desde el principio con el apoyo incondicional del profesor Farrington, quien, en medio de sus múltiples responsabilidades, siempre encontraba tiempo para apoyar cualquier actividad que implicara ampliar el conocimiento y trasladarlo a la práctica. Al principio no le vimos en la estación del tren donde quedamos, le confundimos con una amable señora… pero esa es otra historia.

David Farrington tenía una mirada ingenua, que invitaba a confiarse a él, la mirada de quien espera encontrar siempre la confianza de colegas o alumnos, de quien siempre se podía esperar que hiciera lo posible para que las políticas públicas sobre el delito atendieran los resultados de la investigación, sin achicarse por las continuas trabas que la clase política suele ofrecer para ignorarla. En este sentido Farrington era incombustible, y su gran apoyo al movimiento de la política basada en la evidencia científica, ante nuestros ojos, es una de las mayores contribuciones que se han realizado desde la Academia a la Política Criminal.

Nos consta que hasta el final estaba ocupado, enviando emails con sus trabajos y otros documentos interesantes. Este hombre fue alguien muy grande en la Criminología pero nunca se lo creyó, trataba con la misma deferencia a un alumno de tesis que a otro colega de gran prestigio. Para nosotros, la clave fue que, una vez descubrió la Criminología, se enamoró de ella, y supo que era un hombre que tenía una gran misión en la vida.

 Para nosotros fue un gran maestro y amigo, por lo que lamentamos profundamente su pérdida. Sirvan las páginas que siguen como un pequeño homenaje a su memoria.

En 2014 se publicó en Criminología Hoy, Boletín de la Sociedad Española de Investigación Criminológica (SEIC), una amplia entrevista realizada por Santiago Redondo al profesor David Farrington. De ella extractamos a continuación algunos párrafos que resumen, a partir de sus propias palabras, su trayectoria científica y humana.

«Nací en Ormskirk, en Lancashire, una pequeña ciudad cerca de Liverpool. Fui a Cambridge, como estudiante, a los 19 años, en 1963. Me gusta mucho Cambridge: es familiar. Es una universidad excelente, tenemos estudiantes de muy alta calidad (…). Tengo tres hijas [y] 10 nietos. A mi mujer le gustaría que me jubilara por completo, [pero yo] quiero seguir trabajando, porque (…) el trabajo académico es realmente mi hobby (…). Obviamente, paso tiempo con mi familia (…). Mi principal interés fuera del trabajo académico es la historia y la arquitectura; los edificios antiguos y visitar lugares históricos.

Aprendí a escribir con claridad de mi director de tesis, [quien] revisaba todo lo que escribía con detalle y me decía: “¿Cómo se sigue esto de aquello?”. Y me obligaba a escribir con claridad (…). Hice matemáticas y ciencias, que eran lo que más me interesaba (…) y cuando tenía 18 años, en el último año de la escuela, obtuve una «beca estatal» (…). Los profesores me dijeron que (…) podría tener la oportunidad de entrar en Oxford o Cambridge, así que presenté la solicitud y me aceptaron en Cambridge (…). Empecé estudiando matemáticas, física y química, pero siempre quise estudiar psicología porque me interesaba mucho. Cuando tenía 16 años, fui a la biblioteca a buscar todas las obras de Sigmund Freud y las leí con atención. También leí todos los libros de Eysenck; me pareció muy interesante. En el segundo año de universidad empecé a estudiar psicología experimental, que hacía más hincapié en el aprendizaje, la memoria, la percepción y la psicofísica en general. Me gradué en psicología y me fue lo suficientemente bien como para quedarme a hacer un doctorado en Cambridge, [que] hice sobre aprendizaje y memoria.

Pero luego, en cierto modo, me frustré con la psicología, porque pensé que estaba divorciada de la vida real, con toda esta psicología experimental [qué yo estudiaba], así que me interesó pasar a algo más social, más parecido a la sociología. Cuando terminé mi doctorado, con 25 años, busqué qué hacer y vi un anuncio para trabajar con Donald West en un estudio longitudinal sobre la delincuencia, lo que me pareció interesante. [Creo que] en realidad me contrataron por mis habilidades informáticas. Al comenzar mi doctorado en 1966, mi supervisor me dijo: “Estas computadoras son el futuro, así que creo que deberías aprender a programar”. Y así lo hice. Aprendí a preparar programas que utilicé para analizar los datos de mi tesis doctoral. Asimismo, Donald West buscaba a alguien que le ayudara a informatizar los datos. El estudio Cambridge había comenzado en 1961 y, cuando me uní a él en 1969, llevaban ocho años en marcha, pero realmente no habían hecho muchos avances en lo que se refiere a la informatización; así que para Donald yo era atractivo porque podía informatizar los datos, podía hacer análisis estadísticos.

Cuando me incorporé con Donald West no sabía nada de criminología, pero sabía estadística y analizar datos (…). [Publiqué mi primer artículo] en criminología en 1971, con Donald West. Era una especie de resumen de algunos correlatos de la delincuencia (…) que publicamos en el British Journal of Criminology (…). Tras cinco años con Donald, logré un trabajo en Cambridge como profesor de criminología. Por suerte, el director del Instituto de Criminología en ese momento creyó que la psicología tenía algo que ofrecer a la criminología y creó un puesto de profesor de criminología psicológica, que conseguí en 1974 (…). Sin embargo, pronto obtuve un permiso sabático para trabajar en Canadá sobre su ley de delincuencia juvenil y ese año (1978-79) logré publicar 15 trabajos, como si me pusiera al día. En 1981 volví a estar de permiso sabático en Washington y otra vez publiqué diversos trabajos.

[Como en la universidad no se cobraba mucho], en los años 80 podía ganar un dinero extra de diferentes maneras: por ejemplo, en Estados Unidos, escribiendo, así que dejé la docencia y me concentré mucho más en la investigación. Esos dos años sabáticos cambiaron mi vida, conocí a muchos criminólogos estadounidenses y me invitaron a múltiples actividades académicas: participé en el panel de la Academia Nacional de Ciencias sobre carreras delictivas y tuvimos un proyecto del NIJ y de la Fundación McArthur sobre desarrollo humano y comportamiento criminal. En esos años viajé mucho a Estados Unidos, a menudo una vez al mes. Estuve involucrado en múltiples cosas emocionantes. Los años 80 fueron una época maravillosa en Estados Unidos debido a una expansión masiva de la investigación longitudinal y la investigación experimental. Ello me convirtió en un personaje central de ese ámbito junto con muchas otras personas, como Alfred Blumstein, Al Reiss, Jim Wilson, etc. A todas esas personas las conocía muy bien y estuve involucrado en todos esos nuevos y emocionantes desarrollos en Estados Unidos, cuando parecía que todo era posible. En mi opinión, fue la edad de oro de la criminología norteamericana, porque realmente invirtieron en toda esta investigación, que despegó de una manera extraordinaria entonces. Por ejemplo, Rolf Loeber y yo comenzamos el Estudio de la Juventud de Pittsburgh en 1986. Recibí dinero para el estudio Cambridge a mediados de los 80 para hacer un seguimiento. Donald West me pasó el estudio Cambridge en 1982, cuando se jubiló (…) Empecé a publicar mucho y mi carrera despegó, realmente.

En los años 80, me centré en los estudios longitudinales. Pero a medida que se acercaban los años 90, me involucré más en investigación sobre intervención y en otras cosas diferentes (…). [Actualmente], la única organización académica en la que estoy involucrado es la División de Desarrollo y Curso de Vida de la Sociedad Estadounidense de Criminología, que sigo intentando impulsar (…). Así, [mis principales temas de investigación han sido] criminología del desarrollo y del ciclo vital, estudios longitudinales y también intervenciones experimentales e investigación sobre intervenciones en general, incluidas revisiones sistemáticas de tales intervenciones. Por ello, otra cosa que acepté hacer en el año 2000 fue ser el primer presidente del Grupo sobre delincuencia y justicia de la Campbell Collaboration, que intentaba hacer revisiones sistemáticas de intervenciones sobre la delincuencia. [Es decir], he investigado sobre numerosos temas, eso es lo maravilloso de ser investigador universitario. Puedes seguir tus intereses y todo lo que necesitas es tiempo. Lo más preciado es el tiempo (…). Ahora la universidad hace hincapié en que los investigadores ganen dinero. Es un poco extraño esperar que los profesores ganen dinero para pagar su salario. La universidad debería pagar el salario. Yo diría que mi trabajo no es ganar dinero para la universidad, sino ampliar las fronteras del conocimiento.

Tengo muchísimos datos. Lo bueno es que muchos académicos [sobre todo, jóvenes] me preguntan si pueden utilizar mis datos, que suelo ofrecerles. Disfruto de la colaboración con otras personas, de las que aprendes. Tienen conocimientos y habilidades diferentes, y eso impulsa el desarrollo intelectual. He colaborado con muchas personas, probablemente más que cualquier otro investigador. Colaboro porque algunas personas buscan datos y me invitan a colaborar con ellas, ya que saben que tengo algunas habilidades de análisis o de conocimiento. Me refiero a los estudiantes, algunos de ellos me pedían que colaborara en la redacción de sus artículos. En general, cuando colaboro, la otra persona redacta el documento, nos reunimos, lo discutimos, yo lo edito y lo finalizamos juntos.

Empezamos a buscar antecedentes penales para el estudio Cambridge en 1964, y en aquella época eran registros en papel. Eran muy buenos y contenían todo lo que querías saber sobre los delincuentes, incluido si tenían tatuajes, dónde vivían, a qué bandas pertenecían, etc. En 1979 cambiaron a microfichas, lo que no redujo la calidad de la información existente. Sin embargo, en 1995 cambiaron a datos informatizados y eso fue un desastre, porque no conservaron muchos de los datos antiguos, y los datos sobre antecedentes penales fueron empeorando cada vez más con los años. Mucho de esto tiene que ver con el requerimiento de la privacidad. En cuanto al análisis estadístico, nada ha cambiado realmente. Pero por lo que se refiere a Internet, sí es un problema [de la modernidad] debido a los correos electrónicos. [Personalmente], sigo comprando libros y prefiero las revistas impresas. Creo que es una evolución realmente negativa que se estén eliminando las revistas impresas. Creo que muchos artículos publicados en revistas son muy insatisfactorios porque muestran solo una pequeña parte de la investigación, mientras que una monografía publicada como libro te da muchos más detalles. Cada artículo es sólo un pequeño fragmento de datos, y los artículos de revistas me parecen bastante insatisfactorios.

Considero que mi principal contribución criminológica es la relativa al desarrollo de los estudios longitudinales, que permiten conocer la evolución de la conducta delictiva y los efectos de los factores de riesgo y los eventos de la vida sobre la delincuencia. Y también el avance del conocimiento sobre la efectividad de las intervenciones criminológicas; haciendo revisiones sistemáticas sobre su efectividad. Creo que también es importante el trabajo que realicé en los años 80, en el que expuse los conocimientos adquiridos a partir de estudios longitudinales y experimentales y planteé la necesidad de un estudio longitudinal experimental combinado en mi libro de 1986 titulado “Understanding and Controlling Crime”, que escribí con Lloyd Ohlin y James Wilson. En este tipo de estudio se aprende muchísimo en poco tiempo sobre el desarrollo desde el nacimiento hasta los 20 años y sobre la eficacia de las intervenciones. El problema de los estudios longitudinales a veces es que hay que esperar toda la vida para que produzcan resultados.

[Creo que mi mejor libro es] “Saving children from a life of crime” (…) porque compendia lo que sabemos sobre los factores de riesgo y las intervenciones y recomienda la creación de una Agencia Nacional para intervenciones tempranas; considero que es mi mejor libro.»

Aparte de su propia teoría, ¿qué perspectiva en criminología considera la más relevante para analizar la delincuencia en la actualidad?

«Bueno, creo que la criminología del desarrollo en general, por ejemplo, el enfoque de Moffitt. No creo en su teoría en particular, pero considero que ese enfoque es bueno, porque realmente intenta explicar el desarrollo individual a lo largo del tiempo y se centra en factores como el déficit neuropsicológico o la crianza de los hijos. Sabemos cuáles son los factores de riesgo, pero necesitamos saber sobre el desarrollo a lo largo del tiempo, y el tipo de teorías como la de Moffitt son las que deberíamos seguir, desarrollar, probar y continuar.»

Finalmente, ¿tiene usted algunas recomendaciones para los investigadores de la Criminología en España? ¿Por ejemplo, al respecto de sus investigaciones y publicaciones internacionales?

«Creo que para un español sería necesario publicar en inglés, porque me temo que, sobre todo los norteamericanos no van a leer nada que no esté en inglés. Y Norteamérica domina la criminología. Para tener un impacto internacional, tienes que ser leído por norteamericanos. Sería ideal enviar los artículos a revistas importantes, en inglés. Aunque ahora por correo electrónico se puede lograr mucho. “Psicothema” es un ejemplo de una revista española donde los españoles pueden publicar en inglés y luego podrían enviar el artículo por correo electrónico a personas inglesas o americanas. Creo que es importante enviar los artículos por correo electrónico a los otros académicos. Si recibes directamente un artículo, es mucho más probable que lo leas que si simplimente está en una revista. El consejo general que doy a los jóvenes investigadores es que persigan sus intereses, que los trabajen a fondo y se entusiasmen con ellos. Los jóvenes deben ser ambiciosos e intentar hacer algo nuevo y de alta calidad. Y la colaboración es buena porque se aprende mucho: diferentes técnicas y conocimientos. Una vez más, lo más preciado es el tiempo, así que siempre les aconsejo que eviten la gestión administrativa (…) A menudo me preguntaban si me gustaría ser director de algo, y siempre decía que no. Si no tienes tiempo no puedes hacer nada. (…). Es una cuestión de prioridades, todos tenemos que fijarlas y decidir qué es lo que más nos interesa hacer. Así que mi consejo a los jóvenes es que consigan el máximo tiempo posible para seguir con su propia investigación y sus intereses científicos.»

Ver publicaciones de D. Farrington en la REIC.

3 años del Grupo de Trabajo en Criminología Cuantitativa

Steven Kemp

Universitat Pompeu Fabra

Este septiembre 2022 el Grupo de Trabajo en Criminología Cuantitativa de la SEIC cumple tres años. A pesar de las complicaciones que han afectado a todo el mundo durante este periodo, los primeros tres años del Grupo han sido fructíferos y han servido para sentar una base sólida para el futuro desarrollo del mismo. Tenemos que agradecer a los coordinadores salientes—David Buil-Gil y Jose Pina-Sánchez—por la gran labor realizada desde que cogieron las riendas en 2020. A partir de septiembre 2022, Steven Kemp y Cristina Sobrino intentarán mantener el mismo impulso.

Las contribuciones y avances de la primera mitad de estos tres años se resumieron en la anterior entrada de blog del Grupo publicada en abril 2021. En las próximas líneas expondremos de manera sintetizada algunas de las principales actividades y contribuciones del Grupo y sus miembros desde entonces.

En cuanto a las actividades organizadas por el Grupo, destaca la publicación del número especial “Fuentes de datos para la investigación de la delincuencia en España” en la Revista Española de Investigación Criminológica, que fue editado por Antonia Linde y Lucía Summers y cuenta con diversos artículos escritos por miembros del Grupo. En su artículo “El análisis cuantitativo de las identificaciones y las detenciones policiales en España: Datos disponibles, limitaciones e implicaciones”, José María López-Riba pone de manifiesto la limitada capacidad que tenemos para estudiar cuantitativamente el ejercicio de los poderes policiales en España a partir de los datos disponibles de fuentes oficiales. Se contrasta con la situación en otros países y se señala las consecuencias de estas limitaciones. Antonia Linde en coautoría con Marcelo Aebi preguntan “¿Realmente theft quiere decir hurto? y otras equivalencias dudosas entre las definiciones legales y criminológicas de las infracciones: Consecuencias para el estudio de la delincuencia”. El artículo analiza la comparabilidad de las definiciones de las infracciones utilizadas en la literatura científica y la investigación en criminología comparada —provenientes de la tradición anglosajona del ‘common law’— con aquellas utilizadas en el Código Penal Español (CPE) que provienen de la tradición del derecho continental. El análisis demuestra que la definición criminológica en inglés de algunas infracciones incluidas en el European Sourcebook no tiene un equivalente directo en el CPE, y viceversa, lo cual tiene un impacto directo sobre las comparaciones internacionales de diversas tasas de delincuencia. Cristina Sobrino Garcés junto con Marta Murrià Sangenís y Carlos González Murciano publicaron “Las encuestas de victimización como fuente de datos para la investigación criminológica. Un ejemplo a partir de la Encuesta de Victimización del Área Metropolitana de Barcelona”. El artículo detalla la trayectoria de la Encuesta de Victimización del Área Metropolitana de Barcelona (EVAMB) y expone por qué las encuestas de victimización constituyen una buena fuente datos tanto para el análisis territorial del delito y la victimización como para orientar a las políticas públicas de seguridad y prevención. Una encuesta también es el objeto del estudio “Discriminación y victimización de minorías en España: El potencial para la investigación del proyecto EU-MIDIS” de Lorena Molnar y Marcelo Aebi. Este artículo presenta la Encuesta sobre las Minorías y la Discriminación de la Unión Europea (EU-MIDIS), centrándose en una muestra compuesta por inmigrantes del norte de África y personas de etnia gitana en España, y proponiendo una diversidad de análisis posibles con estos datos. El número acaba con un artículo de Andrea Giménez-Salinas y Meritxell Pérez Ramírez titulado “La trazabilidad de los datos oficiales sobre delincuencia en España”, el cual expone una forma de investigación criminológica que utiliza datos sobre hechos delictivos denunciados y judicializados con el objetivo de analizar la evolución de estos hechos en las diferentes fases del proceso y así evaluar la gestión institucional de los hechos enjuiciados.

La otra actividad del Grupo en los últimos 18 meses ha sido la organización de dos paneles en el XIII Congreso Español de Criminología. El primero de estos llevaba el título “Ciencia Abierta en Criminología – Buenas Prácticas y Próximos Pasos”, fue moderado por Francisco Javier Castro y contó con la participación Esther Fernández, Juanjo Medina y Cristina Sobrino. El segundo panel trató de “La Docencia sobre Métodos Cuantitativos en Criminología”, fue compuesto por Raquel Bartolomé, Rebeca Bautista, Juanjo Medina y Federico Pozo, y lo moderó Steven Kemp. Los paneles versaban sobre dos temas que el Grupo ha identificado como claves para el desarrollo de la Criminología Cuantitativa en España—la ciencia abierta y la docencia en métodos—y servían para compartir ideas y discutir sobre dónde estamos ahora, hacia dónde queremos ir y cuál es el camino a seguir.

Además de estas dos actividades organizadas por parte del Grupo, los miembros de este han llevado a cabo importantes actividades de investigación a título personal durante los últimos 18 meses. Por ejemplo, nuestros miembros han publicado diversos estudios de alto impacto analizando los efectos de la pandemia en la criminalidad y el sistema penal. Steven Kemp, David Buil-Gil, Asier Moneva y Fernando Miró publicaron en la Journal of Contemporary Criminal Justice un estudio que utiliza modelos de ARIMA para identificar que los aumentos en las denuncias de cibercriminalidad y fraude durante los primeros meses de la pandemia en el Reino Unido fueron más allá que las tendencias crecientes de los años anteriores. En un estudio publicado en Crime Science, David Buil-Gil y Steven Kemp, junto con Yongyu Zeng, emplean análisis de series temporales interrumpidas para analizar los efectos de los tres confinamientos en Irlanda del Norte sobre la delincuencia offline y online. En “Estudios penales y criminológicos”, José María López-Riba analiza las actuaciones policiales llevadas a cabo para asegurar las medidas restrictivas impuestas durante el primer Estado de alarma en España. Se hipotetiza que el mayor control policial en comparación con otros países y otros periodos puede ser explicado principalmente por la intención de enviar un mensaje de que “todo estaba bajo control”. En coautoría con Marcelo Aebi, Lorena Molnar ha participado en un estudio sobre el femicidio en seis países hispanoparlantes durante el primer año de COVID-19, el cual fue publicado en la Journal of Contemporary Criminal Justice. Los autores concluyen que en estos países el femicidio no aumentó durante 2020 o durante los confinamientos más estrictos del mismo año.

Miembros del Grupo también han utilizado métodos cuantitativos para estudiar cuestiones de interés criminológica más allá de la pandemia. Meritxell Pérez Ramírez junto con otros autores publicó un artículo en la Journal of Interpersonal Violence que expone un modelo que utiliza información incluida en la denuncia de la víctima para clasificar violadores no conocidos entre violadores en serie y violadores que lo hacen una sola vez. En un estudio en PloSOne, Martí Rovira en coautoría con David Kirk llevaron a cabo un experimento sobre discriminación por motivos de raza en Estados Unidos realizado antes y después del asesinato de George Floyd. Los resultados señalan que la discriminación hacia las personas identificadas como raza negra se redujo después de las protestas relacionadas con el asesinato de George Floyd.

Por último, cabe destacar algunos proyectos que cuentan con la participación de miembros del Grupo y que han contribuido al avance de métodos cuantitativos en criminología. A través del proyecto Recounting Crime, David Buil-Gil y Jose Pina-Sánchez han continuado su exploración de la prevalencia, impacto, y ajuste de los errores de medida presentes en estadísticas policiales. En lo relacionado con la primera cuestión, prevalencia, se llevaron a cabo comparativas con otras fuentes de datos del crimen como encuestas de victimización en Londres. Este estudio se publicó en la revista Police, Practice and Research. En relación con el impacto, utilizaron simulaciones y demostraciones matemáticas para ilustrar el potencial efecto de los errores de medida. Este estudio ha sido publicado en el Journal of Quantitative Criminology. Además, los mismos autores acaban de publicar un preprint en Socarxiv donde tratan su nuevo paquete de R ‘rcme’ para llevar a cabo ajustes del impacto de estos errores de medida basados en análisis de sensibilidad. Mediante un capítulo en el libro “The Globalization of Evidence-Based Policing”, Alejandro Giménez Santana y coautores detallan los resultados de un proyecto sobre la participación de la comunidad basada en datos que tiene lugar en el marco de The Newark Public Safety Collaborative. Martí Rovira ha continuado el trabajo de campo de un estudio experimental sobre la discriminación por antecedentes penales en el Reino Unido, y su interacción con raza y género. Meritxell Pérez Ramírez participa en el proyecto de investigación “Predicción y evaluación de riesgo en la delincuencia económica y empresarial con fines preventivos y rehabilitadores” subvencionado por el Ministerio de Innovación y Ciencia, y coordinado por el Dr. Javier Gómez Lanz y la Dra. Andrea Giménez-Salinas Framis. Por su parte, Lorena Molnar participa en dos proyectos que pronto proporcionaran outputs: el libro de actas de una conferencia del Consejo de Europa sobre treinta años de estadísticas de criminalidad en Europa, editado con Marcelo Aebi, que se titula “Three decades of crime and criminal justice statistics in Europe: Methods, trends and the impact on policy making”; y, un libro editado con Yuji Z. Hashimoto sobre la historia del European Sourcebook, que tiene por título “Criminology in the making: The history of the European Sourcebook of Crime and Criminal Justice Statistics”.