Juanjo Medina
Presidente de la SEIC

Un año más nos hemos reunido todos para debatir nuestras ideas y un año más el congreso ha sido un éxito de participación. A partir de ahora queda pensar y hacer para que la SEIC siga creciendo como sociedad y mejorando su funcionamiento. Los miembros de la Junta saliente que han dejado su cargo han servido de forma generosa y muy valiosa a la Sociedad. Nos quedamos en tesorería con unas cuentas más saneadas; unos estatutos renovados y más completos gracias a la gestión de nuestra secretaria; una revista que sigue creciendo y con unos criterios y formato más profesionalizados; y un soporte en la web parsimonioso, completo, más ágil y más barato tanto para la revista como para el portal de la sociedad. También hemos tomado medidas para dotar de una mayor legitimidad y transparencia a las decisiones que tomamos (por ejemplo, la publicación y discusión pública de criterios para la entrega de todos nuestros premios, la creación de un comité científico, etc.) pero también el impulso de criterios y políticas de paridad y conciliación (por ejemplo, a la hora de seleccionar ponentes para nuestras plenarias, la contratación de servicios de guardería durante nuestros congresos, etc.). Quizás está mal que lo diga yo como miembro de la anterior Junta, pero creo que se han dado pasos importantes y que la gestión ha sido buena durante estos dos últimos años. Eso sobre todo se ha debido a las muchas horas no remuneradas e ilusión que mis compañeros en la Junta le han echado a sus labores y a los que todos agradecemos su servicio. Han dejado el listón muy alto para el nuevo equipo.
Ahora bien, eso no quiere decir que las cosas no se puedan hacer mejor. Y no cabe duda de que aunque el panorama en el que se mueve la criminología española en cierto sentido es más positivo (los grados han seguido creciendo, hemos ido dejando atrás lo peor de la crisis económica, las nuevas generaciones vienen apretando fuertes, y la creación de los colegios profesionales pueden servir para lanzar la inserción profesional), hacer criminología en España sigue siendo muy difícil y nos quedan por afrontar retos muy importantes. En los próximos dos años para los que habéis elegido una nueva junta nuestro programa y agenda pasa por adoptar una serie de medidas que responde a nuestra ilusión de seguir luchando por una criminología de calidad en nuestro país. Al margen de continuar luchas históricas (la reivindicación del área de conocimientos, el mayor reconocimiento de la REIC, etc.) ese programa y agenda estará articulado sobre los siguientes puntos:
El impulso de las actividades de los grupos de trabajo. Los nuevos estatutos permiten la creación de grupos de trabajo en nuestra sociedad y ya tenemos varios grupos constituidos. Los grupos son sobre todo una iniciativa de los socios. Pensamos, no obstante, que desde la Junta debemos ayudar a ordenarlos, visibilizarlos, y a facilitar su funcionamiento. A dichos efectos introduciremos cambios en nuestra web, identificaremos de forma transparente a todos sus miembros y persona de contacto, crearemos espacios para facilitar sus encuentros (durante los congresos), impulsaremos que ofrezcan ideas temáticas para los simposios y que ayuden a su organización científica y exigiremos que proporcionen un informe anual de actividades a la SEIC. A estos efectos también redesignaremos uno de los vocales como vocal de coordinación de los grupos de trabajo.
El relanzamiento del Observatorio de la Enseñanza de Criminología y, en particular, el desarrollo de un mapa detallado de la enseñanza de la criminología en España. Los estudios de criminología han crecido de forma notable durante los últimos años. Desgraciadamente el café para todos, sumado a la limitada inversión en recursos humanos por parte de las universidades en este ámbito y la ausencia de un área de criminología, ha creado una configuración e implementación de los estudios que presenta lagunas notables y que hacen que haya espacios considerables para la mejora de la calidad de estos estudios. La SEIC desde siempre ha estado ahí en lo que se refiere al desarrollo de los grados y pensamos que es el momento para seguir contribuyendo a pensar y repensar cómo se hacen las cosas. En esto nuestra intención es ir de la mano de los profesionales (FACE, colegios) y estudiantes para identificar buenas prácticas y problemas. El primer paso será crear un repositorio de estudios y documentos relevantes y la creación de un mapa de los grados con indicadores relevantes que pueda servir para a continuación desarrollar estudios y recomendaciones más específicas.
La mejora de la gestión de los eventos científicos que organizamos. Durante la última asamblea tuvimos la ocasión de discutir públicamente un documento preparado por la Junta saliente sobre la futura gestión de los eventos científicos organizados por la SEIC. El debate fue intenso y muy enriquecedor. Y es un debate que no está en modo alguno cerrado. Durante la asamblea votamos a favor de simposios posiblemente de menor tamaño, centrados en un tema concreto, y en el que se articulen las sesiones de forma diferente a lo que hacemos en los congresos. Esperamos que de aquí a Septiembre todos los socios que tengáis ideas interesantes sobre temas y sobre ideas originales de articular sesiones y formas de participación para los simposios nos las hagáis llegar a los miembros de la junta que os resulten más cercanos. El próximo simposio se celebrará en Granada a finales de Junio del 2019 gracias a la hospitalidad de Miguel Ángel Cano y la Universidad que él representa. Ya se ha propuesto un tema concreto, pero el Comité Científico sigue abierto a ideas y durante Septiembre empezará a tomar decisiones sobre tema y formato. Discutimos, y mucho, los controles de calidad para futuros Congresos. En Asamblea votamos seguir utilizando los criterios utilizados para el CECRIM2018, pero también consideramos que era importante abrir un periodo de consulta para que los socios propongan comentarios y propuestas de redacción alternativa a dichos criterios (consultar aquí). En Septiembre el Comité Científico evaluará vuestras propuestas y aprobará una redacción final de dichos criterios. También estudiaremos medidas concretas para combatir la percepción de que el poster es una forma de participación menor (por ejemplo, propondremos talleres de formación en la preparación de posters, crearemos un premio al mejor poster, promoveremos la idea de “flash presentations” de los posters, etc.). Una medida que creemos que será particularmente útil para tener éxito en congresos futuros es poder planificar con más antelación. Ya tenemos voluntarios de una Universidad para posiblemente organizar el simposio del 2021 y sería conveniente empezar a plantearse quien querría ofrecerse como voluntarios para el congreso del 2022.
El redescubrimiento del carácter interdisciplinar y mestizo de la buena criminología. Estos días hemos hablado y mucho de qué es un criminólogo y de qué cosas tienen su apropiado lugar en los congresos de criminología. Es un debate sano y muy necesario, y nos entusiasma ver la riqueza de posiciones al respecto. Tanto la Junta saliente como la entrante compartimos una idea mestiza de lo que es un criminólogo y lucharemos con todas nuestras fuerzas contra ideas excluyentes de lo que ha de ser la criminología. A título personal he defendido muchas veces que un criminólogo es quien hace criminología (y la hace bien), y no lo que diga un papel o un título. Creo que este es el sentir generalizado de nuestros socios y pienso que tenemos ser muy vocales frente a toda pretensión o argumento que exprese una visión más excluyente de la criminología. En estos días hemos oído que una cosa es el criminólogo y otra cosa el investigador en criminología. Paparruchas. Si la criminología es una ciencia quien hace investigación criminológica es un criminólogo y para hacer este tipo de investigación no hace falta un título del Estado[1]. Nuestra visión es que el criminólogo académico es aquella persona que con independencia de su formación original conoce el canon criminológico, se desenvuelve con mayor o menor facilidad en el uso de los métodos de las ciencias sociales, y tiene una trayectoria de investigación que claramente nos permite su reconocimiento como especialista en la materia. Como diría David Smith (2014: p. 4) “it is a group of people who use a bag of tools to think about crime and its theoretical and practical implications and to test their ideas against good evidence. The purpose of the enterprise is to inform moral and political choices”. Y en la mejor vertiente europea reconocemos ambas versiones de criminología a las que hace alusión David Smith, aquella que entronca con una tradición más científica, pero también aquella que entronca con una tradición más anclada en las humanidades. La SEIC siempre será la casa de ambas. Dicho esto tenemos que reconocer que corremos el peligro de perder esa interdisciplinaridad si no tomamos medidas. La SEIC ha crecido, pero con poco balance. La proporción de gente que procede del derecho ha aumentado, mientras que la aportación de otras disciplinas se ha estancado, no ha crecido tan rápidamente, o simplemente es prácticamente nula (por ejemplo, historia, economía, etc.). Esto se refleja claramente en nuestra Junta (5 de los 7 miembros empezaron como juristas) y en los planes de estudios de los grados (Torrente, 2018). Que en este contexto haya quien piense que la SEIC discrimina contra las aportaciones del derecho resulta cuanto menos sorprendente. En primer lugar porque nuestra agenda no es restar, si queremos seguir progresando tenemos que sumar. Pero tenemos que sumar sobre todo de aquellos colectivos que están menos representados en nuestra sociedad y que pueden ayudarnos a construir una criminología más plural. A estos efectos vamos a empezar a considerar qué medidas proactivas podemos tomar para incentivar esta participación más plural.
[1] Con independencia de que también haya una vertiente más profesional de esta disciplina regulada por los Colegios. Asimismo, también reconocemos que el sistema de empleo público español dificulta a los criminólogos con estudios de Grado en Criminología el ejercicio profesional tanto fuera como dentro de las universidades, frente a profesionales con otros estudios superiores, siendo evidente la discriminación existente en oposiciones a cuerpos funcionariales a nivel local, autonómico y estatal. La SEIC seguirá defendiendo que los titulados en criminología tengan como mínimo iguales oportunidades laborales que el resto de profesionales con conocimientos criminológicos, especialmente en las labores profesionales directamente vinculadas con los estudios de Grado.